Cómo empezó todo (segunda parte)

Lo primero que hice al llegar a la habitación fue sentarme en la cama. Si alguna vez os habéis sentido solos y nostálgicos al escuchar alguna canción de Camela, me entenderéis. Ahora poned esa canción a dolbisurraund, dadle caña al bafle y poneos la foto que la Jeni se hizo delante del espejo con el aifon en una mano, la camiseta verde pistacho y sacando morritos fucsia, y ni aún así se acerca ni una mijilla a cómo me sentí en aquel momento…  En un país extraño, viviendo con una pareja mayor que hacían como que hablaban emitiendo sonidos guturales… Luego llegué a la conclusión de que el escocés no existe. Ellos dicen que es un acento para vendérselo a los turistas. Pero realmente se lo inventan sobre la marcha. Cuando realmente quieren decirte algo, entonces sí que hablan en inglés. Eso lo sabe uno, que ya tiene sus contactos aquí. ¡Si lo sabré yo!

Como no pensaba dejar que el momento de mi llegada se arruinara por esa estupidez, llamé a la mama. Y le dije. Mama, mama, mama yallegao, toybien, ehtotatoguapo enverdá —- (Mi madre me pregunta que si he comido y me recuerda que tengo comida española de emergencia en la maleta…) — hii, hiiiiiii (esto significa «sí» en el acento malaguita inventado), que hiiii, queyacomío enelavión. Enga…, mañana llamo, adioooó, adió. Colgué y dije «ala, me voy al centro a ver escocesas y que se me levante un poco el ánimo…»

Serían las 6 y media de la tarde. Bajé, lentamente por las escaleras con los zapatos en la mano y camino al salón. Entonces detrás de la puerta del livingroom escuché voces… Claro! Yo ya pensé que a ver si los iba a pillar en el salón.. ahí zumbando… Entonces, emití un sonido gutural (ya veis que solo llevaba unas horas en el pais y ya empezaba a hablar escocés…) para que supieran que iba a entrar. Abrí la puerta del salón y tenían toda la cena ya preparada para mi. Un pedazo de cena que lo flipas en colores. Y a las 6 y media de la tarde!!! Me senté…  Y me pusieron sopa, carne, verduras, frutas… a mi me iba a salir la comida por todos los orificios del cuerpo menos por el que tiene que salir una vez procesada. Y me estaba deshilachando por la lengua de todo el picante que tenía la comida. La pimienta la habría echado a la cacerola con una pala seguramente.

Cuando terminé ya estaba anocheciendo, pero me daba igual que estuviera en medio de ninguna parte, que al otro lado de la ventana de mi habitación solo hubiera un campo de trigo que se extendía hasta donde llegaba la vista. Que hiciera frio, o que ni yo, ni los dos pamplinozos de mi host familyteníamos cambio para el autobús… Nada me iba a impedir comprobar empíricamente si lo que decían de la talla de sujetador de las escocesas era cierto. Todo…, como veis, desde un interés puramente científico. (No sé como lo hago para quedar tan mal y tan bien al mismo tiempo, debe ser un don).

Me fui a la parada y esperé el autobús. Aquí los autobuses son puntuales, no como en Málaga, que si llega bien, y si no, pues te peinas para atrás. También sabía que tenía que llevar el dinero justo, porque no te dan cambio. Pero yo no se lo iba a poner fácil al autobusero. Total… «con la pinta de español que tengo yo, me hago el sueco y ya está…» pensé.

Llegó el autobús.  El ingeniero en automoción tenía en los brazos unos tatuajes que parecían el sello que te ponen en las discotecas al salir, pero en tamaño familiar (esos que no sabes ni qué dibujo tienen). Me abrió la puerta y yo alcé  mi mano llena de céntimos, en plan, «enga, no te cortes, pilla lo que quieras…» (Me parecía a la Abuela de la Jeni comprando en el Mercadona el día que sacaron los Euros) Me señaló una cajita roja que tenía a su lado. (Aquí el dinero del ticket se echa en una cajita y recoges el ticket en otra…) La verdad es que yo no supe en ese momento lo que me quería decir. Y le dije «uan tike plis» No vaya a ser que pensara que estaba pidiendo… Imagínate que vergüenza si mi familia piensa que he venido a Edimburgo a pedir…). El ingeniero, me miró de nuevo la mano y me dijo algo, que yo, a pesar de no entenderlo supe a lo que se refería. No era suficiente dinero… Y yo haciéndome el loco… «uan tike… aidon anderstan… mi no hablar su idioma amigo» Al final, me dijo que pasara para adentro… Eso sí que lo entendí… Y es que mi conocimiento sobre la lengua inglesa progresaba por minutos…

Pensaba contar mas cosas, pero la entrada se ha hecho muy larga. Para la próxima más… 😀

8 Respuestas a “Cómo empezó todo (segunda parte)

  1. jajajajaja, mira que en Murcia se habla……bueno…..se dicen cosas medias raras…pero anda que leerte en malageño es flipar en colores, una vez mas, gracias por el block….muy bueno.

  2. jajaj muy bueno!! La tercera parte va a ser mas esperada que la tercera temporada de juego de tronos!! jajajajaja

  3. Api malaguita, he soltado algunas carcajadas tras haberte leído. Sigue así que animas a la gente que tiene pensado ir para los Reinos Unidos. Tus consejos son geniales. Espero que mi hija pueda ponerse en contacto contigo que es la que se va por ahí.

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